A mediados del siglo pasado, la psicología occidental se encontraba dominada por el psicoanálisis y el conductismo. Mientras el primero se basó en el estudio de personas que sufrían severas psicopatologías, el segundo estaba basado en estudios con animales, que poco tenían que ver con los aspectos más evolucionados de los seres humanos.
Abraham Maslow fue uno de los principales detractores de estas psicologías, que él consideró limitadas, y decidió comenzar a delinear una nueva psicología que incluyera aspectos más desarrollados o luminosos del ser humano, como el amor, la autoconsciencia, la autorrealización y la libertad, entre otros. Este fue el impulso que llevó a la creación de la psicología humanista.
Al corto andar de esta nueva corriente, sus propios fundadores estaban insatisfechos, pues dejaba fuera la dimensión espiritual de la mente humana. En ese período, a principios de los años 60, existía un creciente interés en filosofías y tradiciones orientales, la meditación, el yoga, las culturas nativas y sus prácticas y ritos, en la experimentación psicodélica, las terapias corporales y otros fenómenos que hicieron evidente la necesidad de una nueva psicología que diera el lugar que le corresponde a estados superiores de consciencia.
El año 1967 un grupo de trabajo en el que estaban los fundadores de la corriente humanista (Maslow y Sutich), junto a otros como Fadiman y Grof, comenzaron a delinear las bases de una nueva psicología, a la que Stan Grof propuso el nombre de transpersonal, denominación que reemplazó a la original propuesta por Maslow y Sutich de psicología trans-humanista.
La psicología transpersonal busca, entre otras cosas, corregir las ideas de que el estilo de vida occidental es más evolucionado que los demás, y de que el único estado de consciencia sano y válido es el que los occidentales tenemos en el cotidiano. Esta corriente propone el diálogo respetuoso con diferentes campos del conocimiento, como la antropología, la religión, la filosofía, el misticismo, la psicología profunda, la física cuántica y otros, buscando un equilibrio entre la antigua sabiduría y la moderna ciencia.
Es en este contexto donde Stan Grof desarrolla la Respiración Holotrópica, la que ha sido probada por miles de personas desde el año 1976 y reconocida por Richard Tarnas, quien fue director de programas en el mundialmente conocido instituto Esalen, como la terapia más efectiva que se ha visto dentro del campo de la psicología occidental.
El Dr. Stanislav Grof Phd, además de ser co-fundador de la Psicología Transpersonal con A. Maslow y A. Sutich, fue fundador y presidente de la Asociación Transpersonal Internacional.
Asimismo, dirigió lo que hoy en día se denomina “La investigación moderna de la conciencia”, como investigador principal en el Instituto de Investigación Psiquiátrica de Praga, explorando el potencial heurístico y terapéutico del LSD-25 y de diversas medicinas psicodélicas. Luego dirigió los últimos equipos de investigación psicodélica en USA. Comenzó su trabajo en 1954, supervisando durante casi dos décadas cerca de 4.000 sesiones psicodélicas individuales con pacientes psiquiátricos de diversas categorías diagnósticas, con enfermos terminales de cáncer y con numerosos voluntarios de diferentes profesiones y ámbitos de vida.
Grof fue también profesor adjunto de psiquiatría en el prestigioso John Hopkins y jefe de investigación psiquiátrica en el Centro de Investigación Psiquiátrica de Maryland. Ha escrito una veintena de libros de psicología que hoy son verdaderos clásicos y ha publicado más de 140 artículos en revistas especializadas.
El psicólogo Felipe Landaeta, columnista de Somos, conversó con Javier Charme sobre la venida del Dr. Grof a Chile.
Javier es psicólogo clínico transpersonal, Master en Psicología de Oriente y Occidente (CIIS, USA). Es co-director y profesor de la formación en Psicología Transpersonal y certificación en Respiración Holotrópica del Dr. Stanislav Grof para Latinoamérica. Es docente hace una década en la Universidad del Pacífico y en varios post grados de Psicología Transpersonal en Sudamérica.
– ¿Qué importancia tiene el Dr. Stanislav Grof en el campo de la psicología actual?
– ¿Qué significado tiene su trabajo para la psicología?
Las conclusiones de sus trabajos nos llevan a reevaluar y recontextualizar nuestra comprensión del ser humano y de la psique, acercando la psicología occidental a la profunda sabiduría y visión de las culturas ancestrales y tradiciones espirituales de la humanidad.
Para contextualizar estás observaciones, es necesario acudir a las comprensiones de las tradiciones antiguas y a la física moderna, utilizando un nuevo paradigma. Esta nueva psicología grofiana ha sido comparada en importancia con el trabajo de Sigmund Freud, y es sin duda el avance más importante en el campo entero desde Freud y Jung, como afirma Richard Tarnas.
-¿Cuál es, para el trabajo de Grof, la dinámica entre conciencia individual y el todo?
La conciencia, al ser vista a través del lente extraordinario que son los estados holotrópicos de conciencia, se muestra profundamente entrelazada con la totalidad de la existencia, como una parte básica y fundamental de esta. Muestra que somos una parte absolutamente interrelacionada con el todo del que surgimos, el cual podemos llegar a experimentar parcialmente e incluso en su totalidad bajo ciertas condiciones.
Ir comprendiendo el misterio que es la relación del individuo con la totalidad de la existencia y con la inteligencia creativa cósmica, está por detrás de la búsqueda espiritual en sus variadas formas, y satisface las búsquedas más profundas del ser humano. Al entender la legitimidad y la naturalidad de la búsqueda espiritual en la psicología, se redime la validez de la búsqueda espiritual de prácticamente todas las culturas de la humanidad.
– ¿Qué aportes hace la respiración holotrópica en cuanto al conocimiento del inconsciente humano?
Este proceso deja huellas determinantes en la psique del individuo, las que se relacionan a través de sistemas de experiencias condensadas (COEX) con recuerdos importantes de la vida similares y con el inconsciente transpersonal, similar al inconsciente colectivo descrito por Carl Gustav Jung, que nos conecta con una memoria cósmica que trasciende ampliamente la experiencia biográfica personal, conectándonos con la totalidad.
– ¿Qué función terapéutica cumplen estos COEX en la psique humana?
El acceder a estas profundidades de la conciencia permite lograr cambios terapéuticos reales y profundos en tiempos breves y de forma muy efectiva, muchas veces en horas en vez de en meses o años, como suele ocurrir en la terapia verbal con énfasis biográfico.
Esto posibilita tratar y ayudar efectivamente a personas que sufren síntomas importantes, y que, en algunos casos, solo podrían ser medicados, con todos los inconvenientes que eso implica.
– ¿Cuál sería el sentido espiritual de la terapia holotrópica?
Al lograr esto, Grof catapulta el alcance de la psicología y la psicoterapia, y amplía su techo para lograr acceder experiencialmente a dimensiones espirituales intrínsecas, dotadas de un gran poder transformador y que de otra manera son muy difíciles de alcanzar.
La experiencia espiritual profunda es en sí misma un estado holotrópico de conciencia, y sin esta no puede desarrollarse una verdadera espiritualidad.
En este viaje experiencial por nuestro mundo interno, la psique realiza de forma natural un proceso psicointegrativo y autocurativo, simplificando su propio funcionamiento. Al explorar la conciencia y el mundo interno desde la profundidad de nuestro propio ser, se despierta una inteligencia y sabiduría inherente, que moviliza la capacidad regenerativa natural del organismo.
Esto cataliza un proceso de curación y autodescubrimiento hecho a la medida de la persona, que implica todos los niveles experienciales; imágenes, emociones, sensaciones, cogniciones, el cuerpo y a todo nuestro ser.
Al explorar la conciencia y el mundo interno desde la profundidad de nuestro propio ser, se despierta una inteligencia y sabiduría inherente, que moviliza la capacidad regenerativa natural del organismo.
– ¿Se podría decir, entonces, que este proceso terapéutico alcanza niveles multidimensionales…?
A esta inteligencia nosotros le llamamos el sanador interior, y se accede a ella modificando temporalmente la relación entre el consciente, inconsciente y supraconsciente en un estado ampliado de consciencia. Esta ha sido también la elección favorita de las culturas antiguas y chamánicas que trabajaban los estados holotrópicos de conciencia con fines terapéuticos y espirituales durante milenios.
Esta investigación permite contextualizar, afirmar y reformular muchos de los postulados de las diferentes escuelas del psicoanálisis, desde la investigación clínica psiquiátrica dando paso a un novedoso, integrativo y práctico mapa expandido del inconsciente humano.
Este mapa nos permite finalmente comprender y contextualizar la psique en su aspecto cósmico y espiritual. Aclara la naturaleza de las crisis psicológicas, psicopatológicas y espirituales, y muestra las formas más efectivas para solucionarlas.
Además, al realizar un proceso, la terapia holotrópica permite lograr una transformación profunda del individuo, en la que usualmente a las personas se les despierta de forma natural una preocupación social y ecológica, lo que es sumamente importante para los tiempos en que vivimos y podría tener implicancias en la supervivencia de nuestra especie y muchas otras que peligran por nuestra falta de consciencia.
Finalmente, esta apertura de la introvisión se vuelve una búsqueda filosófica y espiritual abierta. Por ende, las implicancias para la práctica de la psicoterapia y la psicología en el futuro son enormes.
Fuente: Revista Somos. Artículo escrito por Felipe Landaeta. Psicólogo, Prof. Escuela de Psicología Univ. Adolfo Ibáñez. Mag. en Psicología de las Organizaciones (U.Adolfo Ibáñez). Doctorando © en Psicología Transpersonal, Sofía University (USA). Facilitador de Respiración Holotrópica y Diplomado en Constelaciones Familiares. felipe.landaeta@uai.cl
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